Un día de Inmersión enológica
Relato de un día de vinos
Un día de Inmersión enológica. Las mejores experiencias surgen como la mayoría de los buenos planes, así por casualidad y de repente, mientras disfruta de unos vinos con sus amigos.
¿Y si conseguimos que alguien nos cuente qué hay tras una copa de vino? ¿cómo se elabora? Y lo más importante… que nos den unas pautas para aprender a disfrutar de cada una de los vinos que nos tomamos. Un curso privado de cata ¿suena bien verdad? Pero, ¿quién nos puede ayudar en esta experiencia enológica? ¿a formular un día de vinos inolvidable?
Ese fue el punto de partida de lo que prometía como un fin de semana inolvidable, y que sin duda no defraudó. Eran 15 personas, y Paloma se encargó de todo. Contactaron con Madrid Experience y partir de ese momento comenzamos a buscar algo que fuera una experiencia exclusiva ya la vez un tour personalizado. Era importante conseguir una experiencia muy rica y amplia en conceptos pero que no cansase, que se pudieran adaptar a unos conocimientos muy básicos del mundo del vino y que resultase amena y entretenida para todos.
Una bodega de la Ribera del Duero fue la elegida para tal experiencia, en un entorno rural de lo más acogedor y con todas las comodidades que buscaban a su alcance. Hotel enológico de cuatro estrellas, restaurante de calidad y una Bodega de vinos familiar con un viñedo espectacular donde se sentirá como en casa, la atención personalizada cautivó al grupo al grupo de Paloma, que se sentía expectante ante el comienzo de la experiencia.
Todo sucedió de una manera natural, sin agobios, respondiendo a las dudas que se planteaban y marcando un ritmo dinámico. Tuvieron la oportunidad de catar vinos de depósitos sin terminar de elaborar, catar barricas en los distintos estados de crianza y aprender de primera mano qué labores se desarrollan dentro de una bodega a lo largo de todo el año. Una visita larga y distendida que no era más que el preámbulo al curso de cata.
Durante el curso de cata hubo tiempo para las risas y los temas serios, experimentar con las ruedas de aromas, hablar de defectos del vinos, de viticultura, vinificación e incluso de tipos de corchos y barricas. Cataron todos los vinos de la bodega y terminaron tomando un aperitivo mientras charlábamos acerca de sus dudas y curiosidades.
Un fin de semana increíble que quedó enriquecido con la inmersión enológica y puso el broche de oro, uno de los menús más tradicionales de la tierra, El Lechazo Asado en Horno de Leña como no, regado por alguna que otra botella de vino de la Ribera del Duero. El maridaje perfecto, pero de eso, hablaremos otro día.
Xandra, Sumiller de Madrid Experience
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